ASCENSION GRUTA HELADA DE LECHERINES

Bonita salida de casi 8 horas de duración (incluyendo paradas) a la gruta Helada de los Lecherines. Después de desayunar en Jaca, los cuatro fuimos Canfranc Pueblo de donde parte esta clásica excursión. Dadas las altas temperaturas de este invierno tan templado, decidimos entre todos dejar las raquetas en el coche, lo que al final fue una decisión acertada, ya que no las necesitamos en ningún punto y nos ahorramos su porteo.

Comenzamos la ruta, sobre las 08:50 horas de la mañana, saliendo de Canfranc pueblo siguiendo la senda de la GR-11 y hasta a la pista que viene de Villanúa hacia la Majada del Refugio de Gabardito (1.590 m), también conocida como Las praderas de “Heidi“. Dejando el refugio a nuestra derecha atravesamos el Barranco de Añazas con bastante agua por el deshielo, pero sin dificultad para el cruce, siguiendo por el bosque, para posteriormente atravesar el Barranco del Campón (en el que pudimos observar un pequeño alud antiguo), saliendo rápidamente a la Majada del Lecherin Bajo con su Refugio y abrevadero con caño a donde no nos acercamos. Como la zona esta con nieve y vamos a la Gruta, nos dirigimos directamente hacia la canal de subida a la Gruta y por donde nos había precedido otro grupo.

Antes de empezar la subida nos pusimos los crampones (por si acaso pero no eran necesarios), y tomamos un ligero tentempié para acometer la fuerte subida que nos esperaba: en apenas 1.200 m. de longitud tenemos que superar un desnivel de cerca de 400 m.

Llegamos a la Gruta en 4:13 min, pero como temíamos, sufrimos una desilusión, nada que ver su estado con el de hacía dos años. En esta ocasión únicamente había unos ligeros y peligrosos (alguno cayó delante nuestro) chupones de hielo, que nos dejaron un sabor agridulce. Para colmo, el tiempo empeoró un poco con viento y aguanieve ligera que no impidió que comiéramos en la entrada de la Gruta.

Después de descendida la canal de subida el tiempo mejoró y pudimos volver con otro ánimo por el mismo camino de la subida, haciendo numerosas paradas y andando muy relajados (incluso nos dedicamos a pisar las orugas de procesionaria). Cuando llegamos a la pista de Villanúa pudimos ver varios pinos impresionantes, verdaderos centinelas del bosque circundante, pasando junto a las fuentes que pasaron desapercibidas a la subida. Llegamos al coche en 07:49 min (incluyendo las paradas excepto la de la comida) terminando hidratándonos en un bar de Villanúa…

Lo mejor de la jornada, los amigos con los que hicimos esta larga excursión.

Datos técnicos: 17’5 km, 1.200 m aprox. de desnivel, 07:49 min

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