19ª EDICION HIRU HAUNDIAR

Este fin de semana nuestro corredor de Ultras, Mario Esteba Escribano, ha participado en la Hiru Haundiar 2014, donde se recorren los montes de Gorbeia, Anboto y Aizkorri. En total 100,35 kilómetros y 5000 metros de desnivel positivo.

Sobre un total de 1700 participantes Mario ha aocupado el puesto 354 con un tiempo de 17:24:53.

Os dejamos aquí las impresiones de Mario sobre la carrera recogidas en el foro de los corredores de carreras por Montaña:

«Quedan pocos kms para llegar a Araia, donde está la meta, anhelada por todos. Baraka nos dice, que ese es el cresterío por donde iremos con sus 78 molinos. Vamos tranquilos sin gastar fuerza alguna pues es el coche el que trabaja por nosotros.

Si si, aun no hemos ni cogido el dorsal.

Somos los últimos en montar en el autobús que nos lleva a la salida. Estamos todos mezclados, corredores y familiares.

Comienza el espectáculo. Primera subida. Toca el Gorbea. Solo se ve*lo que ilumina el frontal pero algo muy grande se palpa en el ambiente. El viento sopla muy fuerte y hace frío pero el aliento de los centenares que han subido es mayor y mas cálido.

Ya hemos dejado atrás el primer avituallamiento con sus cantos de sirena que nos dicen quedaros un rato mas y poco a poco y en la noche clara por la luna nos acercamos al Amboto. Como una pirámide egipcia emerge. La cima se ve claramente en parte por la luna y en parte por la serpiente que formamos con nuestros frontales.

Está amaneciendo justo cuando llegamos a la cima, el mar de nubes a nuestros pies y un descenso peligroso.

Sin darnos cuenta ya hemos dejado el Amboto y llevamos mas de 10 km corriendo por sendas de ensueño, por bosques de enanitos y hadas. Los primeros rayos de sol juegan con las hayas. El espectáculo es espléndido, realmente hemos pagado para esto.

El calor empieza a notarse, ya hemos dejado Landa atrás, segundo avituallamiento, y hemos vuelto a decir que no a nuestras sirenas. Ya vemos los molinos pero no vemos la hora de llegar hasta ellos. Otra subida, otro cambio de dirección, pero si están ahí mismo, por qué nos llevais ahora por aquí ?!

Llevamos mas de una hora entre molinos con su ensordecedor ruido. Las nubes hace rato que aparecieron y el viento en ausencia de sol hace que con el cansancio uno empiece a desfallecer.

Dame cuartel le digo a Baraka.

Estoy pasando por mis fantasmas. Me agarro al paso de Raul cual tándem de un invidente. Sufro, busco motivación pero no la encuentro.

Y nuestro Aizkorri es quien me devuelve a la vida. Ahora si, ahora me toca a mi. Pero antes ten cuidado que el descenso es peligroso.

Gracias BARAKA por ayudarme.»

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