INTEGRAL TOZAL DE GUARA

Copiamos las impresiones de nuestro corredor Alberto Sánchez Golmayo tras su participación el la Integral Tozal de Guara

Carrerón los 42 kilómetros de la “Integral Tozal de Guara”. Ya es dura por su desnivel positivo de 2.900 metros y el tiempo tan ajustado para terminarla pero además el domingo la cantidad de agua que bajaba por sus barrancos la hizo más titánica. Sólo 70 corredores en la salida, valientes e inconscientes a partes iguales.

A las 8,00 h salida desde Nocito. Las previsiones eran de llover por lo que un par de calcetines de recambio y un chubasquero no debían de faltar en la mochila y si hubiera sido un visionario unas katiuskas se hubieran agradecido los primeros 17 kilómetros. Ocho veces se pasa por el río que baja por el Barranco de la Pillera, ocho veces que metes las piernas en el agua casi hasta las rodillas. Lo normal es pasarlo por unas piedras estratégicamente puestas, el domingo ni se veían. Y lo de bajar por la Garganta de Fabana eso ya es piragüista de aguas bravas, impresionantes los 300 metros bajando por en medio del torrente de agua que discurría con fuerza debido a las últimas lluvias. Temperatura del agua estimada -10º C, pensé que perdía alguna falange de los pies.

Una vez pasada la parte húmeda y divertida de la prueba tocaba sufrir: ascenso al Pico Montidinera, crestear por Fragineto para afrontar finalmente el Tozal de Guara. Mira que estaba bien marcada la carrera, pues antes de empezar a subir a Montidinera me desvío de la ruta y me hago un kilómetro más, esto me hace ir rayado hasta el Tozal.

En este tramo me junto con Ángel, mi nuevo mejor amigo al que seguramente no volveré a ver, la amistad es efímera en las carreras de montaña. El sufrimiento compartido y charrando se hace más llevadero. Por lo visto el tío trabaja en una empresa artesanal que hace quesos con diferentes ingredientes, incluso me contó que tienen uno con curry (sólo han vendido uno)

Una vez pasado el Tozal ya “sólo” quedan 18 kilómetros de bajada hasta Nocito. Pero las piernas ya no están para muchas alegrías y el terreno no acompaña, suelo muy mojado y mucho barro. He leído en una crónica especializa que decía sobre esta carrera “algo de barro en terreno poco dificultoso”. ¡Vamos un paseo!. Que gilipollas fui, había dos caminos y yo me debí de meter por el camino que tenía mucho barro y bastante dificultoso.

En el kilómetro 40 ya hemos visto que no llegamos en las 9 horas establecidas, pero aún así hemos dado un apretón para llegar con el menor tiempo posible fuera de control.

Después de 9 horas y 8 minutos llegada a Nocito. Un buen guiso de ternera, duchita y para casa con una sonrisa por haber terminado.

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